La separación de Claudio Maroli del bloque opositor, generó polémica y malestar en sus ex compañeros de bancada, que lo acusan de querer estar bien “con Dios y con el diablo”.

El edil, único representante del partido PRO en el distrito gobernado por Esteban Sanzio, decidió hacer ‘rancho aparte’ y formar un unibloque sin blanquear los motivos.

En diálogo con La Tecla Martín Genoud, presidente del bloque de Juntos por el Cambio del Concejo Deliberante, señaló que Maroli brindó “explicaciones evasivas y diferentes dependiendo del interlocutor”.

“Llamativamente después de la ruptura comenzó a mostrarse en la sección y con algunos referentes del PRO. Previo a eso durante la última campaña se mostraba de la mano de operadores de (Emilio) Monzó”, añadió.

En este marco, desde la oposición consideran que su salida “está siendo funcional al Frente de Todos para romper Juntos”, ya que en la última sesión celebrada en el recinto baradense votó en sintonía con el oficialismo.

De cara a un 2023 donde no hay favoritos, las rupturas internas están a la orden del día y los municipios no escapan a ello: Berisso, Rojas, Merlo y otros distritos vienen sufriendo cambios importantes en ese sentido.

Egos personales, diferencias y falta de unidad son factores que se conjugan en un combo que atenta contra la tan necesaria unidad para triunfar.

En nuestra ciudad también podría darse este tipo de cambios ya que en el bloque oficialista de Juntos está compuesto de varias concejales que responden a distintos partidos políticos, véase la presencia de ex miembros del socialismo, y también del partido Fe que tiene raigambre justicialista, y ¿si en algún momento no concuerdan con el rumbo del intendente y deciden armar su propio bloque? En una posibilidad, porque en política nunca está todo dicho.