UN FELICITADO
Durante muchísimos años el pueblo de Capitán Sarmiento sufrió con los silos instalados en pleno centro de la ciudad. Hubo movimientos sociales para desplazarlos pero siempre fracasaron hasta que un día maravillosamente se sanciona una ordenanza que posibilita el cierre de estos maléficos artefactos y se cierra una etapa dentro del problema crucial de los silos de la estación. Después del cierre vino la venta y desguace de los mismos, la primera se concretó hace pocos meses, desarmarlos quizás lleve mas tiempo que el deseado. Pero aun con este panorama, el sol brilló metafóricamente en la ciudad, puesto que la empresa dueña de los terrenos lindantes a los silos, cedió en comodato los mismos al municipio para que disponga según sus intereses. Dentro de los terrenos cedidos se encuentran dos galpones gigantes que con gran alegría vimos el pasado domingo, con motivo de celebrarse el 29 de junio, el día de la autonomía, que se habilitó uno de ellos para realizar los festejos –austeros- que convocaron muchísimas personas en el predio de la estación. Hacía tiempo que no veíamos una congregación de gente tan grande, y eso que el tiempo no acompañó porque estaba bastante nublado y destemplado, con lluvia amenazante por momentos. Esto nos da la pauta que no todo es cuestión de dinero para hacer cosas por el pueblo. Veníamos diciendo en anteriores editoriales que la gestión Ostoich se caracterizaba por carecer de inventiva cuando no tiene fondos. Pero esta vez demostró y mostró lo que se necesita en tiempos difíciles: creatividad, imaginación para hacer cosas sin dinero. Con pocos elementos la secretaría de cultura programó una serie de eventos, simples, una reunión de gente de Capitán Sarmiento, donde artesanos, artistas, comerciantes y expositores se juntaron en el predio de la estación, en el medio del pueblo, de fácil acceso para todos, y disfrutaron de unos momentos inolvidables, charlaron, cantaron, bailaron, compraron, en fin se hizo algo que hace rato no se ve: juntarse los habitantes e intercambiar palabras entre sí, reírse, conocerse, disfrutar del momento. Para nosotros fue un muy buen punto para el municipio. Después seguirán los problemas de siempre, pero el domingo fue algo especial, vimos a los habitantes de nuestra ciudad caminando, charlando, juntos, bajo la excusa de conmemorar un aniversario más de la autonomía. Es como para decir que no fue en vano el trabajo de los ciudadanos que nos precedieron cuando buscaron la independencia de Capitán Sarmiento del municipio de Arrecifes, lograda un 29 de junio de 1961. El domingo en la estación se pareció un poco a lo vivido en aquella época. Esperamos que se repitan los acontecimientos culturales en ese lugar, específicamente en los galpones, porque es sumamente agradable el clima social que se crea en el centro de la ciudad. Lejos queda el monumento a la bandera que luce solo y lejano a todo acontecimiento social de nuestra ciudad. Este nuevo polo de atracción es interesante para nuestra sociedad, solo falta explotarlo –en el buen sentido de la palabra- para que cientos de personas disfruten distintos espectáculos y exposiciones culturales los fines de semana cuando el calorcito se apodere de Capitán Sarmiento.