Ver animales que se quedan estancados en las rocas cuando baja la marea es, por desgracia, una escena común en algunas partes del mundo, pero ver cómo lloran desconsoladamente pidiendo que alguien vaya a salvarlos no es tan común. Una orca quedó varada entre las rocas de la Isla Príncipe de Gales, Alaska, Estados Unidos, después de que bajara la marea. El animal empezó a llorar hasta que un grupo de personas que estaban cerca empezaron a escuchar uno ruidos y no dudaron en acercarse para ver qué pasaba.

En las rocas encontraron un gran ejemplar de orca que medí aproximadamente unos seis metros de largo y estaba a metro y medio sobre la línea de la marea. Este grupo de personas decidieron dar aviso a la Guardia Costera de Estados Unidos para que enviaran ayuda profesional. Mientras tanto, todos ellos se pusieron a rociar a la orca con agua de mar; para mantenerla humectada y viva.

Algunas aves marinas empezaron a sobrevolar alrededor de la orca estancada para intentar comérsela, pero este grupo de personas estuvieron ahuyentándolos durante un tiempo. Según cuentan medios estadounidenses, el capitán de un yate que ayudó en el rescate, Chance Strickland dijo que la orca estaba llamando a sus compañeras que nadaban cerca del área. Lloraba desesperadamente por volver al mar. E incluso en su intento por escapar de las rocas; la orca se lastimó y se hizo algunas heridas. Los humanos únicamente podían ayudarla rociándola con agua de mar y tratar de evitar que se moviera para que no se lastimara más.

Que la marea subiera era fundamental para que pudiera salir nadando entre las rocas. La Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica, NOAA por sus siglas en inglés; llegó al lugar para relevar a los voluntarios. Después de seis horas, la marea finalmente comenzó a subir y a las 3:00 de la tarde la orca por fin pudo regresar al agua. Primero nadó de manera confusa en zigzag pero cuando se orientó, nadó rápidamente hacia su manada. La NOAA siguió al ejemplar por un rato para asegurarse de que estuviera bien.